Se tiende a pensar que las personas mayores que viven en centros geriátricos viven aisladas del mundo exterior, nada más lejos de la realidad... la prensa, la televisión, la radio e incluso las nuevas tecnologías hacen que la información fluya por los centros dando lugar en ocasiones a una información sesgada que no beneficia a nadie.
Se habla de las muertes provocadas por el Covid-19 en los centros geriátricos pero
¿Qué hay de todas aquellas personas que lo han vivido desde dentro? Vieron como de repente se les confinaba en sus habitaciones, como algunos de sus compañeros y compañeras fallecían e incluso pasaron la enfermedad, unos con síntomas y otros asintomáticos, fueron desplazados a centros externos y hospitales donde no conocían a nadie y estuvieron casi dos meses sin poder ver a sus familiares.
Viendo esta situación es lógico que un nuevo brote genere miedo tanto para los residentes como para los familiares y trabajadores.
Actualmente trabajamos respetando las medidas de seguridad, extremando limpieza, distancia social, uso de mascarilla... algo que no es fácil si nos ponemos por ejemplo en el caso de residentes con deterioro cognitivo, ahí entra en juego la actividad profesional de cuidadores y auxiliares que son los que trabajan en primera línea y velan por su seguridad.
Ante esta situación todas las semanas dedicamos unos minutos a hablar sobre la situación actual, leemos la prensa y repasamos las medidas de prevención, es fundamental que las personas que viven en centros geriátricos estén informadas y actualizadas porque no hay nadie mejor que ellos y ellas para protegerse y proteger a los demás.
Pero ninguna de estas medidas serán eficaces si las personas que estamos fuera no somos capaces de cumplir con la parte que nos toca y velar por los colectivos más vulnerables a través del buen hacer y respetando las medidas establecidas.
¡Concienciación, respeto y salud!
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